La aventurina malva puede servir a trabajar el chakra 7 como el chakra del corazón 4. Puesta encima de la frente o en la punta de la cabeza, nos abre a otras percepciones y trae una especie de calma mental asociada a lepidolita, sobre el chakra 4, asociada a la tourmalina rosa, desprende los sufrimientos del corazón.